23/9/13
Notas mentales:
No obsesionarme ni pretender poseer ideales materializados en pasión líquida.
Son ideales, por su propio bien.
El mero hecho de una simple y natural existencia desencadenaría intensidad de emociones y actos consumidos por mares intensos que me ahogarían en un extenuante éxtasis espiritual y físico.
No pretender que mis encías se anestesien de alcohol nocivo, ésto que hierve mis pensamientos liberando su vapor abstracto, volátil, impalpable, obliga a mis entrañas a contraerse para expulsar el veneno una y otra vez hasta la completa deshidratación y expulsión de los fantasmas comunmente ignorados sin su presencia en mi sangre.
Evitar en lo posible caerme dentro de pupilas profundas que me abracen con su obscuridad ciega, no debo dormir en ojos ajenos. No debo dejarme seducir por las caricias sutiles de las pestañas pulidas, ni calmar mi sed en la humedad ocular.
Tengo terminantemente prohibido lanzarme a la eterna caída sin fin de una pupila, infinita en su negrura.
Conseguir la manera de desabrochar uno a uno los botones que cierran mi círculo social.
Entender de una vez cómo hacer para no sumar con los dedos, dejar de intentar analizar personas a mi alrededor y escapar de las tendencias cliché que mi generación experimenta, adolece.
Recordar constantemente que soy una persona de libra. Que soy un ciervo en el calendario maya, y que mi fragilidad se compensa con mi profundidad. Algo frágil y profundo puede ser un desafío para quebrar por completo, quizá esté despojada de fuerza y carácter, pero se compensa con mi comprensión y compenetración con lo que puedo absorber del cosmos en el que me veo inmersa.
Recordar que una librana está rodeada por hadas que encantan a mis oponentes.
Tener presente que mi tiempo es para mí, que esperar a una persona desinteresada por tanto tiempo, me dejará vacía de sangre. Pretendiendo sangrar por ella hasta que venga a curarme con sus besos de calidez pulcra, voy a morir. Mi sangre es mía, cuando te la regalé te dio asco. Yo puedo darle el valor que se merece.
Morder, lamer y besar pieles ajenas que huelen a romance satisface mi fijación oral. Que no se vuelva costumbre.
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