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26/12/17

Mi demonio


Desde lo  más recóndito de mi cerebro acude una llamada.
La necesidad de llenar vacíos para evitar sentir carencias, se ha extendido por fuera de lo meramente metafísico.
El cerebro solo se enfoca en satisfacer sus deseos más oscuros, olvidando la fragilidad del cuerpo. Me pide más.
El deseo insaciable, hijo de la locura más inestable, no comprende que jamás será anulado. Mi mente se vuelve su cómplice. Copulan, se alimentan mutuamente, me abandona el instinto de preservación de la vida. Ya nada importará después. Mi cuerpo ha perdido la batalla, he invocado sin querer a mi demonio seductor personal, hermoso, con la forma de una mujer despampanante, de clavículas marcadas y lágrimas tibias decorando sus ojos. La he extrañado. Ella también a mi. Me abraza.  Moja mis manos, toma mi cara y me besa en la boca. Mete su lengua hasta mi garganta, dándome un beso tan excitante que no conozco placer semejante. 
Me roba el interior, intenta vaciarme. Moja mis ojos tristes, humedece mi nariz sin oxígeno, lástima la carne de mis manos... 
Yo pierdo porque estoy enamorada. Me entrego, amo entregarme. Hemos hecho el amor tantas veces,  visceral y oscuro, inmoral y compulsivamente. Sus caricias sobre las heridas abiertas que tengo, me generan un suave y delicioso alivio. Juntas podemos volver el tiempo atrás. Me lo da todo y me lo quita todo, pero entiendo que  deba hacerlo. Es su deber. Sé que me ama.
Estoy enamorada pero también aterrada...
Solemos pelear.  Por momentos no quiero devolverle lo que me cedió para satisfacer mis caprichos, simplemente por debilidad. Entonces ya no es mi dulce amante, si no mi incesante acosadora. Me perturba. Puede lograrlo con suma facilidad. Me dice las palabras más horribles que pueda escuchar, se mete por mi boca a mi interior y sopla hasta inflarlo y hacerme creer que voy a explotar.  Si la ignoro, me persigue todo el día y aparece en el espejo en forma de pesadilla para recordarme que no cumplí con parte de  nuestro trato. Me mira desde el otro lado, con los ojos llenos de lágrimas, recordándome que la traicione, y no le permiti que se alimente.
 Su dieta consiste en ingerir, como plato principal, todas mis fuerzas vitales, mientras que para el postre se reserva mi estabilidad psicológica. 
El nivel de posesión del que toma partido, nos sumerge en una relación enfermiza donde los acuerdos deben cumplirse, o se da lugar a la tortura infernal. Mientras no desafíe su autoridad, es la presencia más dulce y maternal, acogedora, misericordiosa y cálida que conozco. Siguiendo las reglas, sin hacerla enojar, se ve completamente  hermosa, me sonríe radiante, liviana, limpia, en paz consigo misma. De lo contrario, queridos amigos, puede ser el demonio más cruel y horrible que uno pueda presenciar. Llorando, gritándome, rasguñandome, clama mi atención para demostrarme como se muerde los dedos mientras me mira con unos ojos desorbitados y prolifera una risa enfermiza, sus enormes dientes se vuelven puntiagudos y una aureola negra aparece alrededor de su mirada. Sus enormes garras atraviesan mi esófago y mi estómago, desgarrando la carne trémula de mi interior, mientras sus diabólicos lamentos y sollozos inundan mis oídos para generarme locura. 
Ella es hermosa y posesiva. Aterradora y perfecta.



31/10/17

Por momentos o lapsos de un presente perturbado

Por momentos me desespero. Caigo en un túnel infinito de pensamientos tristes y una aguerrida melancolía.
La melancolía, ese refugio de vapor y polvo, de humo de un presente que ya combustiono y se consumió, como una rama abrasada por el fuego... Cenizas, si me imagino físicamente a la melancolía, podría describirla como un pequeño microclima  de otra dimensión, incorpóreo pero a la vez atmosférico. El clima ahí dentro es lluvioso pero cálido, el vapor moja pero es suave y tibio al tacto, casi como estar dentro del útero, la humedad, el rocío, las gotas flotando dentro, ese extraño líquido amniótico de paz mezclado con humo de cigarrillos nerviosos muertos en momentos de melancolía... Niebla. Gris, blanca, suave, infinita y cegadora niebla. Habría mucha.
La melancolía también suena a notas de piano o a carcajadas y sonrisas que no volverás a escuchar. Suena a palabras, y voces que ya no existen... Suena, sabe, huele a pasado, a presente esfumado.  
Cuando pienso en ella terminó en ese estado de nostalgia. Melancolía y nostalgia. Se alimenta de tus pensamientos y tus recuerdos, mientras más emociones involucradas más nutritivos. Más crece. Se desarrolla. Consume. Se alimenta de tus pensamientos.
Pero decía, antes de que mi pequeña melancolía me atrape por un momento, que a veces caigo en esos pozos infinitos de desesperación... Pero después tengo conciencia. Entiendo. Acepto. Doy por sentado lo obvio. Vuelvo en sí. La mente se me aclara y me doy cuenta de algunas cosas. Que después olvido, se consumen, son pasado, y caen en el mundillo melancólico. 
Muy pocas veces he comprendido realmente todo, y siempre tengo la sensación de comprenderlo todo. Soy una ambigüedad, una disociación en sí misma.

3/7/17

Broken

Parece que el destino no quiere regalarme bienestar. Sos mi mayor lección, esa que siempre siento que no podré superar, aprender, o atravesar. 
 Siempre pienso que no me falta nada más, que con vos en mis días todo tiene un sentido diferente, todo se manifiesta más atractivamente... 
Me muero por ser feliz a tu lado, aunque quizás no muero y solo nazco, nazco desde las estrellas para encontrar tu abrazo. 
Quisiera saber qué esto que venimos construyendo hace rato, por fin ha crecido y madurado, que cuando camina ya no se lástima  tanto.
 Quisiera tener la garantía de que siempre miraré tus ojos profundos. 
Todos mis días están llenos de espera, de incertidumbre, de malestar, de sueños donde lloro y no importa mi sufrir, de deseos truncados y cobardía extraordinaria, de orgullo infeliz y desesperanza garantizada... 
La lección que me toca con vos es la más dura, odio como amo. Odio como mi amor no  basta ni satisface, odio como siento, odio lo que  hago pensar, odio los problemas que nunca terminan de estar, odio el malestar que soy capaz de gestar...
 Una gran parte de mí, se marchita cuando temo no tenerte más, -mi ser en su totalidad- la necesidad me envuelve en su saco gris de polvo asfixiante, deseando salvarme diciendo tu nombre, mirando tu cara, tu alma. 
Me muero por abrazarte y tenerte cerca de mi corazón, para que sigas siendo parte y causa de mi respiración.
 El amor es muy fuerte, y sin embargo insuficiente. Nos enseñaron a idealizar, a esperar, a aspirar encontrar...   
Encontrar una media naranja, una mitad ideal, gracias a un mito perverso que nos dice que somos seres incompletos, inacabados, infelices e inútiles...
 Idealizar al otro, pretender que encaje con una expectativa personal, buscar esa pieza del rompecabezas con el que te tentó la sociedad, odiar lo que es diferente a lo esperado. 
La lección que me toca con vos es la más dura. Enfrentar la realidad que da lugar a un campo infinito de malestar en tu ausencia, a veces en tu presencia.
 Un fantasma de nostalgia me abraza todas las mañanas, un tirano del miedo me dicta palabras que me rebanan el alma. 
La lección que me toca con vos es la más dura, y dudo poseer la capacidad de salir victoriosa de esta batalla de emociones y sentido existencial. 
Ojalá pudieras meterte en mi mente, ver lo que habita y lo que siente, ver las pesadillas y abrazarme para que nunca sienta que pueden atravesar la barrera onírica e instalarse en la vida. 

1/3/17

In my darkest hour

No estás en  mi hora más oscura, cuando la desesperación me consume, cuando ya se me pierden las esperanzas, cuando mis glándulas no pueden fabricar más lágrimas... Tu amor era tan pobre y moribundo que unas palabras de mi parte o un tenue cambio de planes terminaban de arrancarlo de tu ser. Cuesta aceptar cuando el sentimiento más importante de todos muere en el otro, y sigue vivo en uno. Mi amor intenta sacar la mano de la tumba, se pierde en gritos desesperados por ser oído. Nadie escucha, está enterrado vivo, asfixiandose. Porque estar sepultado y muerto como el tuyo no molesta ni se siente, como cuando está enterrado vivo. Cuando morirá? Ojalá sea pronto, una agonía así a veces suele ser eterna. Angel de la muerte, dulce angel negro de la noche, escucha sus sollozos y liberalo de su tormento.

19/2/17

Dimensión oscura

  Le vendería mi alma al diablo por lograr de nuevo en tu rostro las sonrisas que tenía la capacidad de hacer aparecer, esas   auténticas que se combinaban con tu mirada de amor verdadero. Estoy en este limbo , en un oscuro universo paralelo que me hace ver la lejanía de lo inalcanzable, eso que alguna vez tuve pero que hoy quedó del otro lado. Ya no puedo atravesar ese grueso vidrio a la realidad que me hacía sentir en una nube de oxitocina recíproca. Ahora todo es oscuro, frío, distante, filoso y peligroso. En este lado abunda la preocupación, el caos, la sangre, la culpa, la desdicha. Cuando pisas el suelo, en este lado, tus pasos se adhieren a la superficie pegajosa de lo putrefacto que está muerto hace meses, pudriéndose pestilente. Miro a través de un impenetrable y sólido cristal, la realidad inalcanzable, lejana, irrecuperable. En esta dimensión en la que estoy atrapada  la mente se comporta diferente, solo se fabrican pensamientos malditos, infelices, desesperanzados. Solo se respira tormento. Falsas esperanzas. Sensación de vacío. Expectativas imposibles. Ansiedad de escuchar o leer esas dos palabras de cinco letras en total que tienen ese efecto metafísico en el alma, esa caricia al espíritu. Hace tanto ya no lo escucho, siento que está del otro lado , en el lado luminoso refugiado para siempre en un pasado inaccesible, latente, pero muerto ya para este oscuro presente. 
El demogorgon se alimenta de mis falsas esperanzas y crece cada vez más. Siento que ya es imposible volver al lado luminoso. Estoy atrapada en un bucle de tiempo siniestro, asfixiante. Y no puedo salirme...