Ellxs ríen mucho. De nuevo. Es tan simple que te parece extraordinario.
Vos no sabes si existís o simplemente qué implica eso.
Estás en una plaza seca y las palomas se refugian en la fresca sombra ornamentada de un árbol sin muchas hojas.
Ellxs ríen mucho. De nuevo vuelven a reír.
Vos pensás mucho. De nuevo.
Y estás tan solx que tu instinto gregoriano aúlla de pesar.
Las hojas acariciadas por el viento suenan como papeles encuadernados. Irónico; los papeles encuadernados deberían sonar como hojas.
Y tus problemas te consumen y no querés hacer nada. Tampoco llorás porque te preguntan por qué. Querés ser una nube lejana y húmeda que flote en paz en el cielo; una cosa muerta que cante la música del cielo.
Lejana y sola al fin, pero sin preguntas ni compromisos, ni modales.
Te dan risa las expresiones o ideas insanas. Yo sé todo de vos, menos como ayudarte.
Trepaste una escalera a la que se le pudrían los escalones y ahora no podés bajar. ¿Te vas a tirar?
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