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19/6/14

Yo sé.

Me gusta dejar la ventana abierta y sentir como el frío penetra mi habitación. Mientras el silencio evoca a algún momento de un pasado no muy lejano, en esta misma cama, tirito. Mi cuerpo tiene pequeñas turbulencias internas-vibraciones- y mis dientes se chocan entre sí.
Que curiosa reacción física.
Como la reacción física de amar, el amor te produce cosas adentro, en el centro, en el plexo solar.
Te produce nostalgia del presente. Contemplar lo efímero de los días que pasan cuando los minutos y segundos se convierten en horas, y todo pasa.
Y lo que es hoy no es dentro de 3 meses. Y todo cambia constantemente.
Menos la nostalgia de estar perdiendo un momento hermoso que el tiempo lentamente desgrana de tus manos y tu conciencia, lo recicla para convertirlo en un recuerdo empolvado.
Y los días pasan, y es extraño dejar cada día un poco de uno en este planeta. 
Dejar la huella en otros y en los lugares. Erosionar una masa amorfa de tiempo. Transformarla.
Y no puedo evitar un momento de contemplación en ciertos momentos, donde, a decir verdad, me encuentro atrapada, como congelada en ese instante de introspección que me detiene por un momento en la sólida convicción (y disfrute, plenamente disfrute) de estar mirando algo que me gusta -deleita- como luce.  
El atardecer de ciertos colores, las nubes de ciertas texturas, algún juego raro en el cielo que me llame la atención. Pero más que nada el movimiento que quedo en el pasado hace apenas un milisegundo.
 Diseccionar en pedazos diminutos de parpadeos, cortar la imagen y almacenarla en el presente mismo de mi mente ya. En ese momento. Sentir el presente, el hoy, el día en ese instante. Sin pasado ni futuro. Ese momento.  Me gusta contemplar tanto la efímera naturaleza del instante... Más si es algo vivo que sonríe y respira de una forma particular, que mira sólo como puede mirar ese ser. Más si es algo vivo que sonríe y respira de una forma particular, y que me mira sólo como puede mirarme alguien que amo.

Y la nostalgia del presente aparece cuando el presente ya no está. Apenas un millónesimo de segundo después. Se esfuma. Así. De repente. Y de presentes esfumados se construyen los pasados.
Y no quiero dejar nada en el pasado. Nada de mis días amando-la- a la persona que amo. Quiero un presente eterno en su compañía, no me gusta el futuro. Creo que le temo.
Por la incertidumbre que genera el constante pisoteo a mis espaldas del pasado.
¡Y el presente es lo único que tenemos?

I know, the past will catch you up as you run faster,
I know, the last in line is always called a bastard,
I know, the past will catch you up as you run faster,
I know, I know.

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