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22/4/13

Ojos enredados en cortinas opacas.

Tiempo atrás no sabía que el aire lastima la carne... O que el sol tiene espinas emponzoñadas. Mudas, letales. Quizás tiempo atrás, nada era así.


Afuera es de noche. La luna me observa observarla, yo, diminuta, ovillada, pequeña, sola. Viajo sola. Siempre sola. La soledad que me asusta y me vuelve diminuta, ovillada, pequeña.Sola de ser, sola de ser querida. Sola, sin ternura. Ay... La ternura, el cariño, la ternura... Lo único que puede envolverme, dominarme, convencerme, poseerme. Lo único que puede subyugarme, maravillarme, sostenerme, conquistarme, armarme, curarme, sanarme, tocarme.La ternura que nada tiene que ver son la soledad, su Némesis.Pisa pisuela color de ciruela. Me tocó a mi. ¿Por qué? (¿Y por qué no?) Sola. Frío. Vacío. Dolor. Cocaína. Licores. Líbido. Carne. Vacío. Soledad.Este desencuentro y esta búsqueda, esta espera, esta ansiedad, este llanto desatado a solas.Y era ésta, la soledad que vislumbraba de niña en la oscurecida mirada de los adultos que amaron.
 Y perdieron. 
Que mendigaron cariño y ternura, una caricia ajena, exclusiva. Los ojos vacíos y rotos de los adultos que recuerdo haber visto anoche en el espejo del baño de un bar de una despedida nocturna y jovial que poco me pertenecía. Y me pertenece toda. Toda la despedida.Ojos aviolentados, entristecidos. Mi pelo rojo que nadie se atreve a tomar como un indicio de mi lento y progresivo desangramiento-desgranamiento. Gota a gota. Pelo rojo sangre.Sangre rojo pelo. 
Espejos sinceros. Espejos que asustan. Espejos que delatan un par de ojos sobresaltados mirándome: temerosos, oscuros, cansados.Ojos que han llorado sin motivo alguno cientos de veces, librando angustias clandestinas.Ojos que se apretaron contra los párpados con tal fuerza, que parecían querer reventarse, destruirse... Quizás imitaban un torniquete para frenar el flujo apresurado, que no espera, que no para, que contuve en algún grito, la angustia de un dolor.Ojos que esperaron en vano una caricia, una mirada familiar, un abrazo paterno. Un abrazo materno.Ojos de nueve lunas y sin ninguna luna.... Ojos que esperaron un ramo de amapolas, una plumita del piso... Una mirada intensa de apenas tres segundos, o cinco. Pero solo para mi... Me conformo con un pétalo de una sola flor entre todas las flores si lo arrancan para mí. Yo tantas veces florecida para todos... Vaciada por todos.Ojos del espejo, ojos míos. Esperan.. Esperaron, y esperarán. Pero ahora no reflejan más que temores y fantasmas, nada más que remordimientos y.
                    Soledad.

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