Sin luz, sin salida. Una yo interior que no puede salir de las paredes que la rodean, entristeciendola, amenazandola, quitándole las fuerzas de querer seguir.
Y todas ellas fueras de sus cajoneras, cajoneras inexistentes que jamás estuvieron ahí.
Y agrando las cajoneras, las ensancho, las sigo alimentando, en vez de reducirlas.
Y la aplastan, la asfixian , entierran mi yo interna.
La vuelven prisionera de un carcelero fantasmal, un carcelero que me vigila desde mis vestidos, mis pantalones y mis remeras. Me vigila desde los espejos y las sombras, desde las imágenes de mi.
Me vigila desde las imágenes de todas ellas, exhibiendo su hermosura, recordando la hermosura que vieron en ellas las personas que amo.
Me vigila desde los huesos de ellas, desde sus piernas angostas, desde sus caras, desde sus calces justos, desde su sensualidad.
Desde mis piernas enormes.
Desde mis brazos y mi panza, desde todo lo que me cuelga.
Me vigila.
Me atormenta, me recuerda, me trae y me lleva, me tortura.
Me hace doler el alma, y no encuentro la voluntad que me libere.
Es triste saber que no estás pasando un buen momento,por eso te deseo lo mejor y que logres descubrir lo que es el amor hacía una misma...Muchos abrazos,para vos que sos una persona tan cálida y bella.
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