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22/11/12

Yo siempre había pertenecido a las tinieblas. 
Siempre había sido oscura. 
Enamorada de mi locura. 
Era una eterna romántica el siglo XVIII perdida,
 desorientada los terrenales mundos contemporáneos... 
Una auténtica romántica suicida, ilusa y soñadora
 que añoraba memorias nostálgicas
 de un pasado anheloso que nunca fue.


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