.

8/5/13

¿Puede el vacío pesar tanto?



Espejos que devuelven miradas funestas, y luego recuerdos que condicionan acciones.
Cebo parido de explosiones corrosivas, gestado en acidez estomacal.
Tensiones musculares, anatomías exhaustivas, inspecciones profundas, penetrables. 

Contracciones, líquido. Contracciones, líquido.
Tensiones musculares. 
Contracciones, cebo.
Expulsar venas,  masticar venas... Como chicles.
Excretar fragmentos de almas desgranadas.
Apolilladas.Mudas. 
Absurdas. Nulas. 
Famélicas. Pestilentes.

Canalizarse en caminitos suaves, esperando, escapando. ¿Elegir o sufrir qué pensar?
Rojas canaletas blandas y tibias, a las que el tiempo deforma volviéndolas duras y ásperas, marrones.
Ciertos caminos trazados voluntariamente para desagotar.

Des-ahogar- Des-temer- placeres y dolores oscuros. 
Trozos, restos, pedazos de alas serruchadas, mordidas, arrancadas.
Reventar de tragar., de escupir, de pensar. 
Explotar en rojo y en charcos pestilentes. 
Explotar en lágrimas hipócritas que pretenden acariciar donde han dañado.

Girar. Pretender huir, y ducharse entregada en gotas maternales tibias que erosionan astillas.
Lluvia ficticia que opaca un repertorio imaginario de sinfonías incómodas de oír.
Lluvia ficticia que oculta imágenes no aptas para hipocondríacos de males ajenos.
Un estómago intoxicado, afiebrado, harto de chicles de estupefacientes y venas.

Espejos que reflejan un ser de turbia mirada perdida, húmeda, enrojecida.
Capilares reventados que plasman el sufrimiento de una pobre idiota inocente, desorientada... Que sonríe a medias.
La mirada... Se pierde. La sonrisa, se quema. 
Las contracciones no faltan. 
Vomitar a través de letras de plástico debajo de los dedos.